Hola a tod@s!
Pues nada, aquí vengo una vez más con una sección que pensé que tendría una vida muy breve y anecdótica pero que, visto el éxito que ha tenido hasta ahora en el blog, merece su huequecín mensual: he aquí a los nuevos inquilinos de mi estantería que en mayo ¡vinieron para quedarse!
En primer lugar tenemos los últimos libros conseguidos gracias al azar: por un lado está El pensionado de Neuwelke, ganado en el blog de Lesincele, y por el otro, Último otoño en París, cortesía de Francisco. Del primero he leído de todo: al principio aparecieron reseñas muy entusiastas que con el tiempo se han diluido, y que han hecho que decida dejarlo reposar durante un periodo prudencial para leerlo sin prejuicios. Del segundo he encontrado pocas opiniones pero me da bastante buena espina: al fin y al cabo París es mi ciudad favorita del mundo mundial y el otoño es mi estación predilecta; mucho se deberían torcer las cosas para que un libro con un título tan sugerente albergue una historia que no esté a su altura...
Gracias a la amabilidad la página literaria mundopalabras.es he adquirido estas dos novedades que, a primera vista, me parecen bastante interesantes: se tratan de Me quiero ir, de Asier Triguero, una especie de "novela de carretera" que cuenta cómo una serie de personajes deciden huir de sus anodinas vidas intentando encontrarse a sí mismos por el camino, y de Una casa respetable, de Jaime Molina, una saga familiar entre La Habana y Granada que promete hacer las delicias de los entusiastas de este tipo de historias (como es el caso de la menda lerenda).
Editorial Bóveda me ha tentado este mes con una suculenta novedad, a la que no hubiera podido resistirme ni aunque lo hubiese intentado con todas mis fuerzas: La biblioteca de oro, de Gayle Lynds. Porque para mí cualquier novela que contenga en su título las palabras "biblioteca", "librería", "manuscrito", "libro" y alrededores pasa a formar inmediatamente parte del imprescindible estante metaliterario que tanto me fascina: ¡espero leerlo pronto y que me lo haga pasar tan bien como imagino! De parte de Baile del Sol he recibido Qué bien, qué bonito, un libro intimista escrito por el croata Ivica Prtenjaca cuya sinopsis logró camelarme y cuya edición me ha gustado muchísimo.
Y he aquí la joya de la corona: Evelina, de Frances Burney. Confieso que tenía pensado apuntarme a todos los sorteos habidos y por haber en la blogosfera, rogando que la suerte fuera generosa conmigo, porque desde el día que conocí este libro supe que tenía que ser para mí: una novela epistolar situada en el siglo XVIII y basada en la entrada en sociedad de una joven dama son ingredientes más que suficientes para que cayera rendida a los encantos de esta historia, por lo que se había convertido en mi objetivo bibliográfico número uno. Así que no fue del todo descabellado que después de una mañana horrible endulzada con un dinerillo inesperado venido del cielo cayese en los brazos del consumismo más atroz al pasar por mi librería de cabecera y me llevara debajo del brazo el único ejemplar disponible de la bella Evelina, que acababan de sacar del almacén para mostrarlo junto a otras novedades: las señales eran claras y el libro me pedía a gritos un hueco en mi hogar a pesar del considerable pellizco económico que ello me iba a suponer... Pero bueno, al fin y al cabo, las penas con libros son menos y juro que la adquisición me animó bastante.
Marcos Chicot me hizo llegar en formato digital su libro El asesinato de Pitágoras, un trepidante thriller histórico que promete emociones fuertes: la verdad es que desconocía esta obra con anterioridad, pero tras leer la sinopsis creo que puede resultar una de esas historias de las que cuesta despegarse, por lo que estaré encantada de leerlo... ¡cuando le llegue el turno!
Por último, pero no menos importante, les muestro unos detallitos que me han ganado el corazón, cortesía de dos de mis blogueras favoritas que se han portado genial: Isi me hizo llegar un buen puñado de sus preciosos marcapáginas (cosecha de 2013), que me han enamorado: no sólo el diseño está muy conseguido, sino que los ha imprimido en un tipo de papel realmente bonito y agradable al tacto: ¡me encantan! Y luego tenemos a Meg... que me ha dejado sin palabras. Cuando mi madre me describió el extraño paquetito que me había llegado a casa, no tenía ni idea de a qué se refería: no tenía remitente y, según los detalles que me daba de forma y relieve, dentro no podía contener ningún libro. Hice todo lo posible para abrir el paquete ese mismo día, cosa complicada, ya que yo me hallaba en la otra punta de la isla... Pero al final pudo ser, y me quedé de piedra cuando vi dentro del sobre a un pequeño y encantador ericito que me miraba con ojitos tiernos... ¡qué cosita más linda! Embobada me hallé, y más después de leer la notita que lo acompañaba, en la que Meg me explicaba que no había podido evitar acordarse de mí al verlo... Jo, ¡me emocioné muchísimo! Además, me envío un currado marcapáginas de la Gala Literaria 2013, que me hizo recordar lo bien que lo pasé participando... De verdad, cosas como éstas te levantan la moral y te hacen ver lo maravillosa que es la gente que está detrás de un blog, de una reseña: más allá de tener gustos lectores similares, acabas compartiendo una parte importante de tu vida y la complicidad que surge entre ambos lados del espejo es simplemente mágica. ¡Muchas gracias, Isi y Meg, por haber pensado en este pobre erizo perdido en la mar océana!
Y ¡esto es todo amig@s! ¿Les apetece alguno de mis libros? ¡Cuéntenme!