Hola a tod@s!
Supongo que a estas alturas de la vida toda la blogosfera está enterada de que nuestra compañera Norah Bennett se ha lanzado a la aventura de la autopublicación. Supongo también que la pobre Norah estará harta de que la mayoría de reseñas sobre su novela incluyan la palabra "sorpresa" a la hora de referirse a su debut literario, que pilló a trasmano a muchos de los que por aquí pululamos. Pero espero que Norah comprenda que fue un shock y una alegría la noticia que nos dio hace algunos meses, cuando confesó haber escrito Suite 235; personalmente no me extrañó su incursión en el mundo de las letras, pues quien conoce su blog sabe que Norah escribe muy bien, sino la discreción y la humildad con que confesaba esta faceta suya, casi sin hacer ruido a pesar de la magnitud de lo que se traía entre manos. Inmediatamente incluí Suite 235 en mi lista de pendientes y cada vez que elegía una nueva lectura me sentía un poco mal por ir aplazando esta historia, pero no quería precipitarme y leerla en una época de mucho bullicio en mi vida, pues mi intención era captar serenamente todos sus matices... Y fue este verano, con la tranquilidad de fondo y las ganas de leer algo realmente significativo como meta, cuando los cantos de sirena del primer libro de Norah Bennett me rindieron completamente.
Suite 235 narra el anodino devenir de Candela, una mujer de físico discreto cuya vida común y corriente da un giro importante al tomarse unos días de relax en un lujoso balneario. Entre masajes, aceites, burbujas y presencias perturbadoras, Candela se atreverá a salirse del rol conformista y sin aspiraciones en el que ha estado estancada en los últimos años para experimentar nuevas y estimulantes vivencias que la atraparán poco a poco en una red de la que le será difícil escapar, pero en la que, curiosamente, parece sentirse completa y a gusto... al menos en un primer momento.
Candela es una mujer de carne y hueso; no se trata de una heroína perfecta, diseñada para agradar en todos los aspectos, sino que es una muchacha normal, acomplejada por un físico que se aleja de los actuales cánones de belleza y que vive anclada en la tediosa rutina de un pueblo pequeño, donde su vida transcurre entre su puesto como cajera de supermercado y su minúsculo apartamento. Candela es una mujer muy inteligente a la que le ha sido imposible cumplir sus sueños y aspiraciones y se limita a sobrevivir de una manera modesta y resignada, jugando lo mejor que puede las malas cartas que el destino le ha repartido. Apenas conocemos a nuestra protagonista detectamos en ella un pesar inconmensurable: aunque no es de las que se quejan, percibimos una sombra en su alma de la que intentará librarse entre los vapores de un spa de lujo, aprovechando para escapar de todo lo que le rodea, pero sobre todo, de sí misma. Conoceremos a otros personajes que participan de un modo u otro en su vida, como son su mejor amigo Javier y la pareja de éste, Isabel, que nos servirán para confrontar distintas impresiones sobre el cambio que se producirá en Candela a partir de estas vacaciones, y que nos ayudarán a comprender su actitud de una manera más amplia.
Suite 235 ha sido una lectura muy gratificante que me ha retenido pegada a sus páginas de principio a fin; la autora ha sabido cómo alimentar la tensión del relato y mantenernos atentos y expectantes ante el desarrollo de los acontecimientos. Aunque no siempre estuve de acuerdo con la forma de actuar de Candela, que en ocasiones me resultó algo ingenua, me parece un personaje perfectamente trazado y con una gran hondura emocional, al que quizás le faltó unas cuantas páginas que desarrollaran algo más el final de su historia, que se me hizo realmente corta... ¡me dejó con ganas de más! En definitiva, recomiendo firmemente la lectura de Suite 235 porque es una novela honesta, contada sin artificios por una autora talentosa que da muestra aquí de su potencial, que espero que perdone mis quizás desacertadas impresiones y a la que agradezco de corazón haberme dado la oportunidad de incluir en mi mochila de experiencias una lectura tan estimulante. Nota: 7´5/10.
"Se subió al tren sin mirar atrás. A medio camino sintió que su vida le volvía a caer encima. El trabajo en el supermercado, la soledad de su pequeño apartamento, las visitas a la capital y las conversaciones con Javier, los esfuerzos por quedar con sus amigos que no paraban de hablar de hijos, de hipotecas y de vacaciones en la playa".
* Mi agradecimiento a Norah Bennett por facilitarme el ejemplar.