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Channel: El Lado Frío De Mi Almohada | Lectura Inquieta
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Las vírgenes suicidas.

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Hola a tod@s!

Voy a contarles una anécdota que me va a dejar por los suelos en cuanto a cultura general, pero que denota mi ignorancia supina sobre narrativa contemporánea y novelistas punteros: hasta hace pocos años creía que Eugenides era un autor griego antiguo, no un prominente escritor norteamericano (estoy yo buena para jugar al Trivial...). La primera vez que oí el título de una obra suya no me sorprendió demasiado: cabía esperar que algún colega de Aristóteles escribiera algo llamado Las vírgenes suicidas, encajaba en cierto modo con la cultura clásica... Cuando me enteré de que también había salido de su pluma otra historia de nombre Middlesex, eso sí que no me cuadró con la polis y el ágora e intenté informarme mejor: Jeffrey Eugenides es un autor estadounidense contemporáneo de ascendencia griega que nada tiene que ver con la Escuela de Atenas. Todo este rollo viene a que, desde entonces, cuando me tropezaba con algún libro del amigo, me acordaba de la anécdota y me reía de mi torpeza... Pero en una de mis últimas visitas a la biblioteca hice algo diferente: me acordé, sonreí y me llevé a sus "vírgenes" bajo el brazo, para conocer de una vez por todas la prosa de este curioso literato.


Las vírgenes suicidas cuenta la historia de cómo las hermanas Lisbon, de entre 13 y 17 años, se suicidan una  tras otra en un plazo de apenas año y medio. Este acontecimiento impacta profundamente a la comunidad en la que viven y especialmente a un grupo de muchachos, fascinados desde siempre por las hermanas y que aún dos décadas después del suceso piensan en ellas y se preguntan por qué lo hicieron. Por ello, intentarán desgranar entre todos los hechos acaecidos durante aquella temporada de cambios y decadencia,  basándose en pruebas de toda índole que han ido recopilando con el paso del tiempo y con las que intentarán encontrar una explicación lógica al comportamiento y la muerte de las cinco adolescentes.


Está claro el protagonismo de las hermanas Lisbon (Cecilia, Lux, Mary, Bonnie y Therese) en la historia, aunque realmente no llegamos a saber de ellas más allá del reflejo que ha quedado de su existencia en la mente de quienes las conocieron en mayor o menor medida. Aunque la novela gira en torno a los suicidios y a la irrefrenable atracción que provocaban estas jóvenes, son los recuerdos y testimonios de las personas que tuvieron alguna relación con las chicas los que la configuran, no la participación activa de las hermanas, que se nos presentan casi como fantasmas desdichados, encerradas en una casa en la que su madre las custodia con estricta disciplina mientras que su padre, desconcertado por la ingente feminidad que le rodea, se aísla de los problemas de su prole. De las cinco, quizás llegamos a profundizar un poco en las personalidades de Cecilia y de Lux; la primera, la hermana más pequeña, es la que toma la iniciativa a la hora de suicidarse, dando el paso una vez y otra hasta que finalmente lo consigue. Es difícil hacerse una idea de qué puede llevar a una muchacha como Cecilia a quitarse la vida, pero como bien le responde ella al médico que directamente se lo pregunta:


"Esta muy claro, doctor, que usted nunca ha sido una niña de trece años".

Me parece que esta frase, en su contexto, desgarradora, muestra todo el sufrimiento e insatisfacción de una persona que no le encuentra sentido a su existencia, por muchas promesas de futuro que se vislumbren en el horizonte. Lux, una de las hermanas medianas, es sin duda la más atrevida de todas, teniendo en varias ocasiones a lo largo del relato una actitud rebelde, totalmente opuesta a lo que su religiosa madre inculca a todas sus hijas. Esta sobreexposición del personaje, sin embargo, no nos da más pistas de qué pasa por su cabeza o qué es lo que realmente le sucede a ella y a sus hermanas en el interior de la vivienda familiar. La manera en que se va conformando el relato incita que el lector haga sus propias conjeturas sobre por qué estas jóvenes aparentemente risueñas y perfectas, imaginadas todas ellas como un ente casi mágico, aturden a los chicos del barrio con su presencia espectral y su desesperación silenciosa, que empezamos a percibir desde los primeros compases de la novela.


El libro está redactado muchos años después, a modo de crónica de lo acontecido durante aquellos días: una serie de amigos que conocieron a las Lisbon recopilaron toda la información disponible, iniciaron una serie de pesquisas y han redactado un informe que incluye anexos con pruebas trascendentes que tratan de desentrañar lo ocurrido, intentando encontrar una respuesta lógica a un suceso tan impactante. Eugenides cuenta toda la historia en primera persona del plural: ese "nosotros" enmascara la identidad del narrador o narradores, pero deja en evidencia una obsesión casi irracional por las Lisbon, que es compartida. Me ha resultado sumamente sencillo ser partícipe de este drama, pues la ambientación de un pequeño pueblo americano con su idiosincrasia característica está muy bien lograda, y los chismes, informes, rumores, recuerdos y habladurías que conforman la historia están perfectamente entrelazados, dándole profundidad a la historia y mostrando de manera muy inteligente el escenario psicológico en el que  se desarrolla la acción. Me hubiera gustado conocer  a estas hermanas en primera persona, pero creo que precisamente este caleidoscopio de opiniones en el que las chicas no tienen participación directa es lo que hace de este libro una historia diferente: la ignorancia del lector sobre el punto de vista de nuestras jóvenes protagonistas es justamente el factor que impulsa a la historia, haciéndola deambular entre el mito y la realidad.


Me ha sorprendido muy gratamente esta novela, de la que no me habían hablado especialmente bien; creo que es una historia sugestiva, que intenta acercarse al interior del alma humana y encontrar explicaciones de lo inimaginable de una manera inocente, pero a la vez compleja: la prosa de Eugenides ayuda a sumergirse en un relato escrito con sencillez y que en cierta manera es ingenuo o romántico por estar elaborado con los trozos de vida de las Lisbon que sus admiradores han logrado recuperar... Pero tras esta inocencia se percibe claramente el sufrimiento de las hermanas, la soledad que las embarga, la angustia existencial de unos seres jóvenes y angelicales, el aislamiento que su propia condición de bellas y vírgenes las sometía. Recomiendo este libro a todos aquellos lectores que busquen una historia diferente que se siente auténtica, que estén interesados en probar una pequeña dosis de calidad literaria y que quieran conocer los orígenes de un autor bastante reconocido actualmente; yo seguro que repetiré con él. Nota: 7´9/10.
“Nunca llegamos a entender por qué a las chicas les preocupaba tanto hacerse mayores ni por qué se sentían obligadas a dedicarse cumplidos, pero a veces, cuando uno de nosotros había leído en voz alta alguna parte del diario, debíamos reprimir la necesidad de echarnos los unos en brazos de los otros o de decirnos que estábamos guapísimos. Supimos de esa cárcel que es ser chica, de los impulsos y los sueños que genera y por qué acaban sabiendo qué colores combinan y cuáles no. Supimos que las chicas eran  gemelas nuestras, que todos existíamos en el espacio como animales con idéntica piel y que si ellas lo sabían todo de nosotros, nosotros en cambio no podíamos sacar nada en claro de ellas. Supimos, finalmente, que las hermanas Lisbon eran en realidad mujeres disfrazadas de niñas, que sabían del amor incluso de la muerte y que nuestra función se reducía simplemente a emitir una especie de ruido que parecía fascinarlas”.

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