La palabra lustro, no sé por qué, siempre me ha remitido a actos ceremoniales y solemnes, llenos de pompa y circunstancia; es lo que tienen las vocablos latinos, que lo bañan todo de grandilocuencia, aunque no signifiquen otra cosa que periodo de cinco años.
Imbuida del espíritu pomposo que para mí acompaña el término, me dispongo a celebrar las Fiestas Lustrales de este blog que hoy llega, con sus más y sus menos, a su quinto aniversario: me parece increíble pensar que algo que creé un tanto inconscientemente un lejano día de 2012 haya perdurado cinco años después, y con ganas de seguir creciendo.
Sé que últimamente este no es el espacio más activo ni más innovador de la blogosfera, aunque en realidad nunca lo fue: mi única pretensión siempre ha sido hablar de libros con personas a las que le gustan tanto como a mí. La falta de tiempo y, por qué no reconocerlo, también de motivación, han llevado a que me haya alejado un poco de este espacio, pero estoy dispuesta a volver, con más ganas que nunca a darle la vuelta a esta almohada y compartir mi amor por la la literatura con todos los que estén dispuestos a seguir por aquí, que espero que sean tan generosos conmigo como lo han sido siempre.
Definitivamente, es época de metamorfosis; eso implica, al menos para mí, cambiar todo para que todo siga igual,¡aunque sea a paso de tortuga!
Pero, como dije al principio, estamos de fiesta, así quetoca brindar por el tiempo transcurrido, los libros leídos, las impresiones compartidas y, sobre todo, por ustedes, que han hecho posible que El lado frío de mi almohada se haya hecho mayor.
Muchísimas gracias por seguir al otro lado del espejo, a pesar de mi ausencia: sin ustedes estos cinco años no hubieran existido.
Abrazos! :)