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Channel: El Lado Frío De Mi Almohada | Lectura Inquieta
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La casa de Bernarda Alba.

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¿Saben quiénes son las Kardashian? Seguro que sí, ¿no? Bueno, pues yo hasta hace bien poco no tenía ni idea de quiénes eran. A ver, que si veía en algún sitio a la famosa Kim pues me sonaba y tal, pero no sabía a qué se dedicaba (sigo sin tenerlo claro) ni quiénes eran sus familiares. Sin embargo, últimamente ha coincidido que, cuando almuerzo, echan el reallity por la tele, así que lo he tenido como runrún de fondo: de este modo he descubierto que esta gente no tiene mayor oficio ni beneficio que ser famosa, que están todas un poco piradas y que esa casa parece un poco, hablando mal y pronto,el coño de la Bernarda.


¿A qué viene todo esto? - preguntarán ustedes con razón: pues viene a que la semana pasada me tropecé con un tuit que se hizo viral y que comparaba el programa de las Kardashian con La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, dando argumentos de peso: la verdad es que me hizo mucha gracia la comparación, ya que, sin haber leído la obra, me pareció muy bien traída. Siendo una historia que tenía entre mis pendientes desde hacía tiempo y que contaba con la ferviente recomendación de mi hermana y de algún booktuber de confianza, decidí hacerle un hueco entre mis escasas lecturas, deseando superar de una vez mi alergia a Lorca, un autor cuya vida admiro profundamente pero cuyas letras siempre me han generado un pelín de rechazo.


Supongo que todos sabrán el argumento de esta conocidísima pieza teatral: hablamos de una familia compuesta enteramente de mujeres que acaban de perder al patriarca, lo que las obliga a cumplir un duelo riguroso. Bernarda, la madre, dirige las vidas de sus hijas con puño de hierro, controlándolas hasta el milímetro. A raíz de la muerte del padre ese control aumenta, obligando a sus hijas a vestir totalmente de negro y a quedarse encerradas en la casa guardando el luto, para no dar que hablar a los vecinos. Pero la hija mayor, Angustias, pronto podrá abandonar esa prisión: ella es hija del primer marido de Bernarda y tiene dinero, lo que ha llevado a que un hombre joven y guapo, Pepe el Romano, se interese por ella y pida su mano. Esto generará mucha envidia entre las hermanas que ven cómo la mayor logrará escapar del infierno en el que viven mientras que ellas, que son más pobres, seguirán sometidas al yugo materno.


La obra está protagonizada exclusivamente por mujeres; aunque hay hombres importantes y son mencionados (el padre, Pepe el Romano), estos nunca saldrán en escena. Bernarda es una mujer autoritaria y desagradable, a la que sólo le importan las apariencias, y por ese "aparentar" sus hijas sufren un encierro cruel, que lo único que ha hecho ha sido generar fricciones entre ellas. Angustias, la mayor, anhela irse de esa casa cuanto antes, y por eso ve la llegada de Pepe el Romano como una salvación: ella es consciente de que  sólo la quiere por su dinero, pues no es muy agraciada y le dobla la edad, pero no le importa. Todas las hermanas sufren ante esta distinción de clases dentro de su propia familia, pero las que más lo padecen son Martirio y Adela, las dos hermanas menores, ambas enamoradas del prometido de Angustias. Toda esta situación generará una tensión creciente en una casa que tiende cada vez más hacia la oscuridad y el desasosiego, que dará lugar a un final trágico que cerrará la obra a la perfección.


De Lorca sólo conocía algunos de sus poemas que, la verdad sea dicha, no eran de mis favoritos, por lo cual, dudaba de que me fuera a gustar el resto de su producción literaria. Sin embargo, en esta obra Lorca se ha destapado para mí como  un autor rabiosamente contemporáneo, que maneja perfectamente los pulsos narrativos y que plantea temas interesantísimos conjugando la profundidad y la belleza. Me ha gustado muchísimo el tratamiento que ha dado a los personajes femeninos, cuyos deseos e ilusiones se han quedado empantanados en esa casa tan cruel y también admiro la ambientación, que no sólo vemos reflejada al inicio de cada acto con la descripción de la escenografía (que se vuelve más oscura a medida que avanzamos en el relato), sino también en la simbología que utiliza el autor para hablar de sus ropas, de los colores, del calor que las asfixia e incluso de los nombres de las protagonistas, todos ellos con un significado especial.


La casa de Bernarda Alba ha sido toda una sorpresa para mí: una obra de teatro muy cortita pero muy impactante en la que el autor ha conseguido profundizar en varios asuntos que marcaban la España de aquel momento (envidia, apariencias, resentimiento, diferencia de clases) y que aún hoy en día, en ciertas poblaciones pequeñas podemos apreciar. No dudo en recomendar esta obra de teatro a todos los que quieran dejarse sorprender por un autor que impone pero cuyas letras impactan y no dejan indiferente; te aseguro que hay muchísima más intensidad y materia gris que en un capítulo de las Kardashian, aunque el drama sea parejo en ambas obras de ficción.

 Yo no puedo hacer nada. Quise atajar las cosas, pero ya me asustan demasiado. ¿Tú ves este silencio? Pues hay una tormenta en cada cuarto. El día que estallen nos barrerán a todas. Yo he dicho lo que tenía que decir. 

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