Hola a tod@s!
Una de las mejores cosas que me ha dado la blogosfera ha sido la oportunidad de conocer gente maravillosa, verdaderamente apasionada por la literatura, ávida por compartir recomendaciones, impresiones, sugerencias y, muchas veces, su talento. Porque abundan por estos lares varios duendecillos fabricantes de historias que, cuando menos te lo esperas, te sorprenden con un libro escrito por ellos mismos en los que demuestran que el amor a las letras va más allá del placer de disfrutarlas, convirtiéndose en alquimistas de palabras para nuestro regocijo. Cada vez que me entero de que algún amigo bloguero da el salto a la literatura me invaden sentimientos encontrados: por un lado, alegría por ellos, que han sido valientes y se han lanzado a la piscina sin flotador y, por otro, algo de temor: me da un miedo tremendo leer algo de un colega blogosférico y que no me guste. Ya sé que no debería ser así, pero reconozco mi inquietud por ser la nota discordante entre muchas críticas positivas y que ello moleste a un autor al que le tengo cariño personal. Eso hace que, a pesar de tener este tipo de libros en un lugar preferente de mi memoria, los vaya postergando indefinidamente en el tiempo, hasta que casi me he olvidado de quien lo escribió, para que ello no me influya...Y no son pocos con los que estoy en deuda, aunque prometo que a cada uno le llegará su momento. Tras una interesantísima conversación con Cita Franco por Facebook decidí darle prioridad a su libro de relatos: la suerte me ha acompañado últimamente en el terreno de la narrativa breve y Cita ha demostrado expresarse muy bien; por ello me dispuse a coger una rodajita de limón y un poquito de sal para, trago a trago beberme esas Lágrimas de tequila que dan título a su primera incursión literaria.
Lágrimas de tequila es un pequeño libro que contiene 14 relatos, o más bien, 14 ángulos desde los que asomarse a la realidad. A través de sus historias, la autora nos va presentando un abanico de experiencias cotidianas que nos provocan diversas emociones, que van desde la tristeza, rabia o desolación a la hilaridad, sorpresa y esperanza. Con una naturalidad que desarma y una gran habilidad como contadora de historias, Cita nos va envolviendo en estos pedacitos de existencia que se sienten genuinos, sin ningún tipo de impostura, haciendo que cada vez queramos introducirnos más y más en esas microficciones que ha creado para nosotros.
La primera palabra que me vino a la cabeza para definir el estilo de Cita fue "natural": la autora cuenta las diferentes historias de tal forma que, más que un relato, parecen confidencias que nos hace al oído: no presenciamos aquí esas florituras exageradas por las que les da a algunos autores, que parece que si no usan palabras o estructuras gramaticales rebuscadas no se quedan a gusto, sino una narrativa clara y sencilla, pero cuidada, en la que se atisba un gran potencial que seguramente confirmaremos en futuras obras. Los relatos tratan sobre diferentes asuntos: hay amor, relaciones familiares, enfermedad, traición problemas laborales e incluso un curioso autorretrato, que me conquistó inmediatamente: ese primer retazo de vida en el que la autora refleja la suya propia me enamoró por su espontaneidad y gracia para contarlo, e incluso me identifiqué en algunas partes. Se nota que Cita ha puesto mucho cariño en todas sus historias y personajes, aunque inevitablemente tengo unos cuantos favoritos: destaco el ya mencionado selfie titulado Yo, Observa y el vagabundo, Elegida marioneta, Seve/Severiano o Confianza y sacrificio, que fueron de los que más me entusiasmaron, sin querer desmerecer a los demás. Por decir algo un poco negativo, me tropecé con par de erratas que me chocaron y algún final con demasiada moralina, pero nada de esto menoscaba la calidad de estas historias.
Sé que recomendar relatos cuando este no es el género más popular entre la mayoría de los lectores es comparable a gritar en el desierto, pero me atrevo a afirmar que Lágrimas de tequila es una obra que gustaría bastante a aquellos que se animaran a darle una oportunidad. Escritas con gran franqueza y solidez, las historias de Cita son bocaditos perfectos para degustar entre lecturas más densas, chupitos que encierran gran parte de la esencia de nuestro mundo alrededor. Tras este estupendo debut literario le auguro a la autora un gran futuro en esto de las letras; espero que no tarde mucho en sorprendernos con nuevas narraciones. Ojalá que al menos uno de los que está leyendo esto se anime a beber de esta botella de lágrimas: les aseguro que les depararán unos cuantos tragos tan sorprendentes como embriagadores. Nota: 7/10.
"Resulta increíble ver y sentir cómo la conformidad y el bienestar se convierten en descontento y angustia y los sueños cumplidos se transforman en miedo con el transcurso de los años. Todo lo que se supone que debería ayudarte a ser más fuerte gracias a los conocimientos adquiridos y las vivencias pasadas, se confabula en tu contra para empujarte a un rincón del ring y rogarle a tu entrenador que tire la toalla".